sábado, 7 de marzo de 2015

Calle del Desengaño

Calle del Desengaño

La calle del Desengaño se encuentra entre la calle de Valverde y la calle de Concepción Arenal.

Es una calle muy antigua. Prueba de ello es su presencia en el plano de Texeira.

Llamada en su origen Desengaño, el establecimiento en ella del convento de san Basilio en el siglo XVII hizo que se llamara popularmente San Basilio o de los Basilios. Tras su exclaustración perduró algún tiempo la iglesia, cuyos escombros se destinaron a la construcción del Teatro Lope de Vega y de un molino de chocolate. También ocurrió en ella el suceso de la muerte del comandante Baseti en un atentado contra el coche del General Narváez.

Este curioso nombre está relacionado con una aventura nocturna del Caballero de Gracia. Según la tradición andaba el citado caballero rondando a una dama que vivía en esta zona y se encontró con el príncipe Vespasiano de Gonzaga, su rival. Ya se disponían a luchar por celos cuando cruzó una sombra cubierta con un velo y seguida por un zorro. Los hombres suspendieron el desafío momentáneamente y decidieron seguir la sombra hasta que ésta se paró junto a una tapia. Cual no sería el asombro de los dos al comprobar que era una momia bien conservada. La frase ¡qué desengaño! pronunciada por ellos dio origen al nombre de la calle.

Se dice que todo esto fue inventado para infundir miedo a los que por aquí transitaban y ahuyentarlos porque en una quinta cercana se reunían unos conspiradores que favorecían las aspiraciones del príncipe Carlos, hijo de Felipe II.

Entre los más ilustres vecinos de esta calle del viejo Madrid, hay que mencionar a Francisco de Goya. El pintor habitó en el número 1, entre 1779 y 1800, año en que se trasladó a la cercana calle Valverde, nº 15, esquina a Desengaño), un episodio vital del genio aragonés al que el escritor alemán Lion Feuchtwanger dedicó la novela de corte histórico titulada precisamente Goya, o La calle del desengaño (1951). En la calle del Desengaño murió su esposa y nació el único hijo que le sobrevivió; y en el número 17 de la misma calle vivió y murió la que fue compañera de los últimos años de Goya, doña Leocadia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario