martes, 24 de enero de 2017

Plaza de Cánovas del Castillo


Plaza de Cánovas del Castillo

La plaza de Cánovas del Castillo es un gran espacio circular en cuyo centro se sitúa la Fuente de Neptuno y en el que desemboca la calle de Felipe IV, el Paseo de Recoletos, la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado.

Entre los edificios singulares de la plaza están el Hotel Palace, el Hotel Ritz y el Palacio de Villahermosa (que actualmente ocupa el Museo Thyssen-Bornemisza).

La plaza debe su nombre al político decimonónico Antonio Cánovas del Castillo y constituye el nexo de unión entre los paseos del Prado y Recoletos. Esta es la plaza de Neptuno, nombre éste tan popular que hace que poca gente sepa que está dedicada al político y literato.

La mayor parte de esos lugares tuvieron una especial relación con la vida de Antonio Cánovas del Castillo.

Antonio Cánovas del Castillo (Málaga, 8 de febrero de 1828-Mondragón, Guipúzcoa, 8 de agosto de 1897) fue un político e historiador español, presidente del Consejo de Ministros durante la mayor parte del último cuarto del siglo XIX, sobrino del escritor y arabista Serafín Estébanez Calderón.

Fue una de las figuras más influyentes de la política española de la segunda mitad del siglo XIX, al ser el mayor artífice del sistema político de la Restauración borbónica, convirtiéndose en el máximo dirigente del Partido Conservador. Es considerado como uno de los más brillantes políticos conservadores de la historia contemporánea española y criticado por crear una falsa apariencia de democracia mediante el «turno de partidos», por suspender la libertad de cátedra en España o por su postura favorable al esclavismo.

Se denomina «canovismo» a la corriente política que tiene por fondo la implantación de una democracia no revolucionaria y tradicional al modelo británico. Ésta, sustentada en la monarquía, creía en el bipartidismo y la alternancia del poder.

Antonio Cánovas del Castillo fue hijo de Antonio Cánovas García, maestro nacido en Orihuela, Alicante, y de Juana del Castillo y Estébanez, hija de Juan José del Castillo, y prima hermana de Serafín Estébanez Calderón, el escritor.

Compaginó los estudios con su afición por la historia y en 1854 publicó su obra Historia de la decadencia española. Al mismo tiempo iniciaba su carrera política y se unía a Leopoldo O'Donnell, artífice de la revolución del 54 proclamada con el «Manifiesto de Manzanares», escrito por el propio Cánovas. Miembro de la Unión Liberal, en 1854 fue elegido Diputado por Málaga para las Constituyentes y, a la caída de O'Donnell, Gobernador Civil de Cádiz. Fue ministro de Gobernación en 1864 y de Ultramar en 1865 durante el reinado de Isabel II antes de proclamarse la Primera República Española.

Tras la Revolución de 1868 y fin de la monarquía borbónica se encarga de preparar la vuelta del que sería Alfonso XII, hijo de Isabel II. En 1874 tras el Pronunciamiento de Sagunto del general Martínez Campos y la proclamación de Alfonso XII como rey, se encarga de idear el sistema de la Restauración, siendo el redactor del manifiesto de Sandhurst, en 1874. Propone un sistema bipartidista donde los fraudes electorales periódicos, apoyados en el caciquismo hacían posible la alternancia en el poder, como medio de disipar tensiones. Así accedió siete veces al cargo de Presidente del Consejo de Ministros de España con Alfonso XII.

El autor de la Constitución de 1876 fue el ilustre jurista y varias veces ministro Manuel Alonso Martínez siguiendo el ideario canovista, haciendo gala de un Liberalismo Doctrinario Reformado. Cánovas también asumió funciones de jefe del gobierno durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena.

El nuevo sistema, fundamentado en la Constitución de 1876, era en teoría una democracia parlamentaria. Defensor del bipartidismo, favoreció la formación de un Partido liberal que aceptara la legitimidad del sistema político y pactó con el dirigente liberal Sagasta el turno político obligatorio, mediante el Pacto del Pardo en 1885.

Decretó inicialmente el sufragio restringido en 1878, y hasta 1890 no se contempló el restablecimiento del sufragio universal masculino.

Salvo dos breves periodos en los que ocuparon la presidencia Jovellar (1875) y Martínez Campos (1879), ocupó este cargo todo el tiempo que creyó necesario hasta que Sagasta estuviera preparado para acceder al poder en 1881.

Cánovas murió asesinado el 8 de agosto de 1897, en el balneario de santa Águeda, en el municipio de Mondragón, Guipúzcoa, por el anarquista italiano Michele Angiolillo, inscrito en el establecimiento como corresponsal del periódico italiano Il Popolo. Según declararía en el momento de su detención, el motivo fue la venganza por las muertes de los anarquistas detenidos en Barcelona a raíz del atentado contra la procesión del Corpus en junio de 1896.

Práxedes Mateo Sagasta, jefe del Partido Liberal y designado a la muerte de Alfonso XII, y tras la renuncia del propio Cánovas, Presidente del Gobierno en 1881, al glosar la figura de su rival político y amigo, pronunció la siguiente frase: «Después de la muerte de Don Antonio, todos los políticos podemos llamarnos de tú». En 1901, Alfonso XIII concedió a su viuda Joaquina de Osma y Zavala el título de duquesa de Cánovas del Castillo. En 1975 el Ayuntamiento de Málaga erigió un monumento en homenaje a este político malagueño y en 2009 se instaló una placa en su honor en el salón de plenos de la Casa consistorial de Málaga.

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