jueves, 26 de febrero de 2015

Calle del Marqués de Cubas

Calle del Marqués de Cubas

La calle del Marqués de Cubas, antes la calle del Turco, comienza en la carrera de San Jerónimo, por detrás del antiguo palacio de Villahermosa, que alberga, desde su inauguración en 1992, al museo Thyssen-Bornemisza y termina en la calle de Alcalá, en un lateral del actual edificio del Banco de España. Tiene cruces con las calles de Zorilla y de los Madrazo, ambas calles que terminan en el paseo del Prado.

La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación tiene su sede en el número 13 de la calle.

En el solar entre la calle del Turco y el paseo del Prado, con entrada en la calle de Alcalá, tenía su corral de comedias la compañía italiana Los Trufaldines antes de trasladarse al Teatro de los Caños del Peral, edificio construido expresamente por ellos donde actualmente se encuentra el Teatro Real.

Hacia finales del siglo XVIII, se construyó en el mismo solar el palacio de Alcañices, y más tarde su entonces dueño, el duque de Sesto, encargará su reforma a Francisco de Cubas, el marqués de Cubas. En 1888, se construye allí parte del edificio del actual Banco de España, edificio que se ampliaría en 2006 para incluir la manzana entera, ampliación a cargo del arquitecto Rafael Moneo, y que incorpora la sede de la desaparecida Banca García-Calamarte, que formaba la esquina de calle de Alcalá con calle del Marqués de Cubas.

Sobre las 19:30 horas del 27 de diciembre de 1870, el día anterior a la llegada prevista a España de Amadeo I, el general Juan Prim, presidente del Consejo de Ministros y ministro de la Guerra, salió del palacio de las Cortes, y emprendió su ruta habitual por la calle del Turco hacia el palacio de Buenavista, sede del Ministerio de la Guerra. Su berlina fue abordada por tres individuos que dispararon sobre Prim, hiriéndole a él y a uno de sus ayudantes. Aunque en un primer momento no se temía por su vida, Prim moriría de sus heridas tres días después.

Hasta su cierre por los falangistas en 1939, los periódicos Heraldo de Madrid y El Liberal de Madrid, ambos pertenecientes a la Sociedad Editora Universal, tenían sus instalaciones en los números 5 y 7 de la calle. Poco después, en los locales expropiados, se instaló la redacción del diario Madrid, dirigido por Juan Pujol hasta su traslado a un nuevo edificio en 1947.

Pérez Galdos menciona la calle del Turco en la primera página de su novela sobre Amadeo I, que forma parte de los Episodios Nacionales, al situarse en su esquina con la carrera de San Jerónimo para ver pasar al cortejo del nuevo rey.
Francisco de Cubas y González-Montes (Madrid, 13 de abril de 1826 - ibídem, 2 de enero de 1899) fue un arquitecto y político español del siglo XIX, también conocido como el marqués de Cubas por su título nobiliario, el marquesado pontificio de Cubas. Fue también desde 1893 marqués de Fontalba. Su obra más destacada es el proyecto para la catedral de la Almudena, en estilo neogótico, que sin embargo tras la muerte de Cubas vería modificadas su líneas originales. Ha sido considerado por Pedro Navascués «el arquitecto [madrileño] más característico y representativo del último tercio de siglo». En el plano político fue diputado, senador y alcalde de Madrid.

Se formó en la Escuela de Arquitectura de la ciudad y obtuvo sendas pensiones para completar sus estudios en Roma y Grecia. Obtuvo el título de arquitecto el 17 de diciembre de 1855 y durante sus primeros años aprendió del arquitecto Antonio Zabaleta, en cuyo estudio trabajó.

Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde el 27 de noviembre de 1870, compaginó sus trabajos de arquitectura con su carrera política, que le llevaría a ser diputado entre 1891 y 1982, alcalde de Madrid con la Unión Conservadora de Francisco Silvela, del 6 de noviembre al 1 de diciembre de aquel año, y senador por la provincia de Ávila desde 1896 hasta su muerte.

En el ámbito personal era aficionado a la arqueología y contaba con una colección de antigüedades en su domicilio, constituida en buena parte por arte cristiano medieval y orfebrería. Estuvo casado con Matilde de Erice y Urquijo, ambos enterrados en una capilla de la cripta de la catedral dela Almudena, su gran proyecto como arquitecto.

Es uno de los más notables representantes de la arquitectura decimonónica madrileña. Su obra experimentó una evolución desde un estilo inicial denominado como «italianizante» y con «tendencias clasicistas» a una etapa de madurez en la que cultivó una arquitectura caracterizada por un goticismo neomedieval y el historicismo. Entre sus realizaciones destacan la Universidad de Deusto en Bilbao, el Museo Nacional de Antropología (1873-1875), el asilo de huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús (1880-1886), el convento de las Siervas de María (1883), el palacio de Arenzana —actual embajada de Francia— o la iglesia de la Santa Cruz.

También participó en la reforma del palacio de Alcañices, la construcción de escuelas de niños y niñas en Llodio y Murga y de las casas Salabert de Madrid, así como de varios palacetes del paseo de Recoletos. También proyectó varios panteones y capillas sepulcrales en los cementerios madrileños de San Isidro y San Justo. Algunos autores le atribuyen el proyecto del Seminario Conciliar de Madrid, sin embargo Navascués Palacio lo pone en duda, apuntando que la autoría podría corresponder a Miguel de Olabarría, discípulo de Cubas.

Denominado por Navascués Palacio «el arquitecto "oficial" de la aristocracia madrileña», también construyó diversas viviendas particulares para las clases altas de la ciudad, además de realizar trabajos para la Compañía de Jesús.

Con todo, su obra más recordada es la catedral de la Almudena de Madrid, cuya construcción comenzó en 1883 con la primera piedra de la cripta. Tras un anteproyecto del propio Cubas, del que algunos de sus elementos han sido calificados como «anodinos» o «poco afortunados», terminó proponiendo un diseño con una «mejor asimilación de la arquitectura gótica» y «mayor rigor histórico», según Navascués Palacio, que se correspondía con el de una «magnífica» catedral neogótica según la moda imperante en Europa, influenciado por el arquitecto francés Viollet-le-Duc. Dicho proyecto resultaría luego muy modificado: las obras se fueron alargando por problemas económicos y finalmente se prosiguieron según líneas del neoclasicismo, más acordes con el vecino Palacio Real. También se encargó de la construcción del castillo de Butrón —sobre una fortificación previa completamente en ruinas— en la localidad vizcaína de Gatica.

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