domingo, 29 de enero de 2023

Calle de San Eugenio


Calle de San Eugenio

La calle de San Eugenio está entre la calle de Atocha y la calle de Santa Isabelb. de San Carlos, d. del Congreso, p. del Salvador y San Nicolás. 

Lleva este nombre desde muy antiguo, porque aquí estaba el oratorio que dedicado a San Eugenio tenía en su quinta el cardenal Quiroga. Y cuando se construyó el Hospital general en los terrenos que pertenecían a aquel prelado, el venerable Bernardino de Obregón pidió que esta calle conservase el nombre de aquel santo, primer arzobispo de Toledo, martirizado en las Galias cuando fue a visitar a San Dionisio, y cuyos restos fueron depositados en la iglesia primada el año 1565. 

Eugenio de Toledo (? - 657) fue un obispo, escritor y poeta español de la época visigoda. Es uno de los Padres de la Iglesia hispánica.

Fue discípulo de Braulio de Zaragoza, estudiando con él en la Iglesia de Santa Engracia de esa ciudad. Supo fundir las enseñanzas de su maestro y de Isidoro de Sevilla. Destacó, además de por su actividad poética, como músico y teólogo. Fue nombrado obispo de Toledo y es considerado como el iniciador del arzobispado de esta ciudad tras ser designado en el 649 por Chindasvinto.

Una placa en el número 7 de la calle San Eugenio de Madrid colocada en 1905 dice textualmente:
"En el solar que ocupa esta casa estuvo en el siglo XVII la imprenta de Juan de la Cuesta donde se hizo en 1615 la edición príncipe de la segunda parte del Ingenioso Caballero D. Quijote de la Mancha escrita por Miguel de Cervantes Saavedra. Conmemoración en 1905".
Eugenio de Toledo (? - 657) fue un obispo, escritor y poeta español de la época visigoda. Es uno de los Padres de la Iglesia hispánica.

Sus poemas y los testimonios de Ildefonso de Toledo, además de un relato martirológico del siglo IX, son la principal fuente para conocer su biografía. Se educó con Eladio de Toledo y, más tarde, atraído por la fama de Zaragoza como foco cultural, ingresó en el monasterio de Santa Engracia para ampliar sus estudios con Braulio de Zaragoza, uno de los personajes más cultos de su tiempo, amigo y consejero de Isidoro de Sevilla.

Braulio, tras ser nombrado obispo de la sede zaragozana en 626, escogió a Eugenio para que fuera su arcediano. En el año 649 fue nombrado arzobispo de Toledo por Chindasvinto, como muestra la carta del rey visigodo a Braulio, donde expresa su deseo de nombrar a Eugenio titular de un arzobispado en Toledo. Braulio, que veía en él a su sucesor en la sede cesaraugustana, se opuso sin ningún éxito. Desde su nueva cátedra toledana impulsó la cultura y celebró los concilios VIII, IX y X de Toledo. Fue asimismo, en esa sede, promotor de la música sacra.

En cuanto a su actividad literaria, escribió libros de teología, epístolas y poemas. Está considerado el principal poeta latino del siglo VII por los distintos metros utilizados, la variedad de sus composiciones y el saber literario que se desprende de las mismas. Entre su poesía, destaca el Libellus diversi carminis metro (Libro de poesías diversas). Una de sus composiciones habla de san Ildefonso, aunque no ha llegado hasta nuestros días. Otra, titulada «Lamentum de adventu propriae senectutis» («Lamento por la llegada de mi propia vejez»), trata el tema de la vejez, el paso del tiempo y la implacabilidad de la muerte. Asimismo, Eugenio enseñó Gramática y Sagrada Escritura y fue consejero de los reyes Chindasvinto y Recesvinto.

La narración martirológica sobre su vida y reliquias fue compuesta a mediados del siglo IX por un autor anónimo, probablemente el presbítero del santuario de Deuil donde, según la leyenda hagiográfica, reposaron los restos de San Eugenio. Existen dos versiones del relato. La más extensa se conserva en manuscritos de las bibliotecas de Bruselas, La Haya y París.

Murió el año 657 en Toledo y fue sepultado en la basílica de Santa Leocadia.

San Eugenio de Toledo es el patrón de la ciudad de Artigas, Uruguay.

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