La calle de Requena, frente al Palacio Real, fue abierta en
los solares de la antigua Casa del Tesoro y de la Biblioteca Real. Su trazado
va de la calle de Lepanto a la calle de Bailén, b. de Carlos III, d. de Palacio.
El intento de José Bonaparte por dignificar todo aquel
espacio fue plausible, pero por su corto reinado sólo se realizaron los
derribos, nada de las ejecuciones proyectadas y sí la perdida de edificios que
se debieran haber respetado. Las obras, con otras ideas y trazados, vinieron
después, con los años, incluso casi ahora mismo, en la última intervención sobre
el área de la plaza de Oriente.
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