viernes, 13 de febrero de 2015

Calle de Juan de Herrera

Calle de Juan de Herrera

La calle de Juan de Herrera está entre la calle de Calderón de la Barca y la plaza de San Nicolás.

Esta calle se abrió en el solar del derribado convento de Constantinopla y recibió el nombre del arquitecto Herrera, porque fue enterrado en la vecina iglesia de San Nicolás.
Juan de Herrera (1530-1597), después de ser militar durante su juventud, fue nombrado arquitecto mayor de Felipe II y por encargo de éste terminó de El Escorial y realizó las obras reales en Aranjuez, Toledo y Madrid imponiendo su propio estilo, el llamado estilo herreriano, con un marcado sello de austeridad, que representa el carácter y el ambiente de la época de Felipe II. Su obra más representativa en Madrid es el puente de Segovia.

Juan de Herrera nació en Movellán, Cantabria sobre el año 1530 y murió en Madrid, 1597. Su familia era una familia de hidalgos castellanos lo que le permitió una esmerada educación en diferentes ramas del saber y las artes así como de las armas.
Estudió en la Universidad de Valladolid y al acabar los estudios, en 1548, se enroló en el séquito del entonces todavía príncipe Felipe, hijo del emperador Carlos I, participando en algunas campañas militares en Italia, Alemania y Flandes. Más tarde, en 1553 volvería a Flandes a luchar con los ejércitos de Carlos I.

En 1561 comienza a trabajar para la Corona en Aranjuez. Dos años más tarde, se traslada a Madrid para trabajar junto a Juan Bautista de Toledo en la construcción del Monasterio de San Lorenzo del Escorial, del que se hizo cargo a la muerte del maestro. Amplió y cambió la ornamentación del interior de la iglesia y la traza de la fachada, haciendo un edificio sobrio, baso en la horizontalidad, la uniformidad y una austera decoración.
Al tiempo que trabajaba en el Escorial, se hizo cargo de otros proyectos en Sevilla y Toledo.

En 1579 Felipe II le nombra Inspector de Monumentos de la Corona lo que hace que su estilo sea expandido por todos los territorios españoles a la vez que le proporciona nuevos grandes proyectos entre los que destaca la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid, obra de gran envergadura para la cual el arquitecto ideó una estructura de enorme complejidad, que quedó inconclusa pero sirvió de ejemplo para las de México y Lima que comenzaría en 1589.

En 1582 funda de la Academia de Matemáticas de Madrid, antecedente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, bajo el mecenazgo de Felipe II.

En 1594 una grave enfermedad hace que no pueda seguir con el trabajo activo por lo que se ve obligado a retirarse. Moriría unos años después, el 15 de enero de 1597, en Madrid.

En contraposición a la arquitectura del primer tercio del siglo XVI, el plateresco, Herrera disuelve la ornamentación figurativa dando como resultado la culminación de los volúmenes arquitectónicos propia del clasicismo. La influencia del herreriano se extendería por casi un siglo y tendría seguidores tan relevantes como Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora o Juan Gómez de Trasmonte.

Sus principales obras en la comunidad de Madrid son:
    Monasterio de El Escorial (1563).
    Palacio Real de Aranjuez (1561).

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